lunes, 16 de junio de 2014

CASOS.









El primer caso: Fue mencionado por el médico alemán Eberhardt Gmelin en el año 1791. Se trataba de una joven alemana que rondaba la veintena de años e improvisamente comenzó a hablar un francés perfecto e incluso su alemán adquirió un acento afrancesado. Este nuevo yo conocía la personalidad primaria (como se le denomina a la personalidad original) y mantenía sus recuerdos mientras que su yo primario no llegó a conocer a esta nueva personalidad. El médico afirmaba que la joven podía asumir una personalidad u otra con un simple movimiento de manos.



Otro caso muy reconocido fue: El de Shirley Ardell Mason que se despertaba en un lugar al que no recordaba cómo había llegado, como por ejemplo un hotel, y se encontraba vestida con ropas que no reconocía como suyas, e incluso en alguna ocasión llevaba puesta una peluca. Los empleados del hotel la reconocían como la persona que había hecho la reserva de la habitación y decían haber mantenido conversaciones con ella, que por supuesto Sybil no recordaba. Esto mismo le ocurría con cada una de las restantes personalidades diferentes que albergaba en su mente.

 
Sybil, lamentablemente, era un caso perdido porque los engramas, mejor dicho la enorme cantidad de engramas que tenía, le habían alterado el decodificador mental en forma irreversible creándole diversas personalidades, por lo que es absolutamente falso, como han aducido algunos psiquiatras, que esas personalidades se las haya implantado la propia terapeuta…






continuación, se presenta un vídeo, el cual es un caso ,muy común de este trastorno. en dicho vídeo se presenta el comportamiento de una persona poseída por unas de sus muchas personalidades







Tratamiento del trastorno de la personalidad múltiple





Fases del tratamiento

En primer lugar, lo más importante es la creación de la relación terapéutica, que debe posibilitar al afectado involucrarse en el tratamiento. Además, la estabilización del afectado representa el primer objetivo importante. Para ello, el terapeuta y el afectado trabajan juntos cómo se puede enfrentar mejor el día a día. Las circunstancias externas adicionales que supongan una carga (por ejemplo, estructura cotidiana insuficiente, alojamiento desfavorable) deben cambiarse si existe la posibilidad.
En el segundo paso del tratamiento del trastorno de identidad disociativo es muy importante el fomento de la comunicación y colaboración entre las diferentes identidades parciales. Se trata de conocer las diferentes personalidades parciales (denominadas alters, tomar en serio a cada una de ellas, aclarar las relaciones entre ellas y fomentar el apoyo mutuo (por ejemplo, en el trato con las imágenes de recuerdos).
En la fase siguiente debería tener lugar una cuidadosa revisión del trauma. Esto requiere un proceso especialmente cuidadoso, ya que el afectado debe recibir apoyo para enfrentarse a los duros recuerdos sin disociarse. El objetivo consiste en aceptar lo vivido como parte del pasado sin que los viejos desencadenantes vuelvan siempre a provocar las estresantes imágenes de los recuerdos. Una técnica eficaz para la revisión del trauma es la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (Eye Movement Desensitization Reprocessing,EMDR): el terapeuta enseña a los afectados a narrar el acontecimiento traumático mientras efectúan rápidos movimientos oculares.
Esta combinación de movimientos oculares y confrontación con el trauma facilita el tratamiento de lo vivido. El movimiento ocular ejerce una estimulación en el cerebro mediante la que se pueden soltar los bloqueos.
El objetivo de la última fase del tratamiento del trastorno de identidad disociativo es la integración y fusión de las identidades parciales. Los afectados deben poder y aprender a vivir como una única persona y aceptar el pasado como parte de su vida. Para ello, se ha de tener en cuenta si los afectados aspiran a esta integración como objetivo del tratamiento. Dado el caso, se ha de respetar su elección de mantener la variedad de identidades.
El tratamiento empleado en un trastorno de identidad disociativo (trastorno de personalidad múltiple) se realiza en diferentes fases. Cada fase del tratamiento tiene una duración individual diferente y, según las circunstancias, se puede realizar en repetidas ocasiones:
 En personas con trastorno de identidad disociativo que fueron víctimas de abusos rituales, en el tratamiento se han de considerar también las técnicas de control P de la memoria. Estas se emplean, por ejemplo, en cultos para programar la disociación de las víctimas. El objetivo de la des programación es eliminar este patrón de control. En el tratamiento empleado para el trastorno de identidad disociativo, las posibilidades y necesidades individuales de cada afectado deberían estar siempre en primer término. Así, para lograr la mayor estabilización posible puede ser útil, por ejemplo, renunciar a la revisión de las vivencias traumáticas cuando estas representan una exigencia continua y excesiva para el afectado.
Muchas veces las personas con estos tipos de trastornos se pueden sentir de diferentes  formas  como esta imagen  lo muestra. 




lunes, 9 de junio de 2014

CAMBIO DE HUMOR



El cambio de humor en estos pacientes son de índole defensiva; no olvidemos que la inestabilidad afectiva es uno de los ítems básicos para el diagnóstico, siendo prototípica la “estable inestabilidad” (Schmideberg, 1959) que muestran como rasgo de carácter. Nos referimos aquí a las oscilaciones del humor con un propósito claro, a modo de manipulación o coacción, a las situaciones en las que la persona aprende que enfadándose o deprimiéndose las discusiones terminan, que si se muestra débil y llorosa su pareja no sale y se queda con ella. No estamos hablando aquí de un mecanismo de defensa inconsciente,  ya que seguramente empezó a llevar a cabo determinadas conductas o a mostrar determinadas emociones para conseguir algo que no se le ocultaba a la conciencia.



Un ejemplo de los cambio de humor 
están presente en el siguiente vídeo 








lunes, 26 de mayo de 2014

SÍNTOMAS

 Si existe un trastorno de identidad disociativo, a menudo aparecen también los siguientes síntomas:
  • Depresiones
  • Miedos
  • Episodios de automutilación e intentos de suicidio
  • Agresiones
  • Dolor de cabeza
  • Abuso de alcohol o drogas
  • Trastornos alimenticios
  • Comportamiento obsesivo compulsivo
  • Percepción de voces (de las otras personalidades)


En general, los trastornos de la personalidad involucran sentimientos, pensamientos y comportamientos que no se adaptan a un amplio rango de escenarios.
Estos patrones generalmente comienzan en la adolescencia y pueden llevar a problemas en situaciones laborales y sociales.
Estas afecciones varían de leves a graves.
Los síntomas varían ampliamente dependiendo del tipo de trastorno de la personalidad.

lunes, 12 de mayo de 2014

INICIO

     Trastorno de personalidad múltiple: consiste en la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno y de sí mismo). Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo y están asociadas con un grado de pérdida de memoria (más allá de la falta de memoria normal). A esta pérdida de memoria se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico.

Las personas diagnosticadas con un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en la cognición, emotividad, funcionamiento interpersonal o en el control de impulsos. En general, los trastornos de personalidad se diagnostican al 40-60% por ciento de los pacientes psiquiátricos, y representa el diagnóstico psiquiátrico más  frecuentes.


      También son un grupo de afecciones de salud mental en las cuales una persona tiene un patrón prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que es muy diferente a las expectativas de su cultura. Estos comportamientos interfieren con la capacidad de la persona para desempeñarse en las relaciones interpersonales, el trabajo y otros escenarios.
     En conclusión, este síndrome es causado por en evento que pudo causar  un daño psicológico o físico en la persona durante su infancia, para escapar de ese momento traumático la mente realiza un personaje que podrá soportar cuyo trauma y defenderse por si solo. Habitualmente cada personalidad que adopte una persona tiene un nombre propio.