El primer caso: Fue
mencionado por el médico alemán Eberhardt Gmelin en el año 1791. Se trataba de
una joven alemana que rondaba la veintena de años e improvisamente comenzó a
hablar un francés perfecto e incluso su alemán adquirió un acento afrancesado.
Este nuevo yo conocía la personalidad primaria (como se le denomina a la
personalidad original) y mantenía sus recuerdos mientras que su yo primario no
llegó a conocer a esta nueva personalidad. El médico afirmaba que la joven
podía asumir una personalidad u otra con un simple movimiento de manos.
Otro caso muy reconocido fue: El de Shirley Ardell Mason que se despertaba en
un lugar al que no recordaba cómo había llegado, como por ejemplo un hotel, y
se encontraba vestida con ropas que no reconocía como suyas, e incluso en
alguna ocasión llevaba puesta una peluca. Los empleados del hotel la reconocían
como la persona que había hecho la reserva de la habitación y decían haber
mantenido conversaciones con ella, que por supuesto Sybil no recordaba. Esto
mismo le ocurría con cada una de las restantes personalidades diferentes que
albergaba en su mente.
Sybil, lamentablemente, era un caso perdido porque los
engramas, mejor dicho la enorme cantidad de engramas que tenía, le habían
alterado el decodificador mental en forma irreversible creándole diversas
personalidades, por lo que es absolutamente falso, como han aducido algunos
psiquiatras, que esas personalidades se las haya implantado la propia
terapeuta…
A continuación, se presenta un vídeo, el cual es un caso ,muy común de este trastorno. en dicho vídeo se presenta el comportamiento de una persona poseída por unas de sus muchas personalidades.